Huelga en Renault de Brasil contra despidos masivos
En Brasil, la empresa automotriz Renault despidió a 747 trabajadores, la mayoría de ellos con positivo en Covid-19 o con lesiones laborales, que además se suman a otros 300 producidos en mayo. Ese mismo día, 21 de julio, los más de 7.000 trabajadores entraron en una huelga indefinida. La reducción del personal intenta ser justificada por los estragos económicos de la pandemia, pero lo cierto es que la firma Renault-Nissan-Mitsubishi tenía pensada la reducción de su personal con antelación. Además, lo que no dice la empresa es que se está viendo favorecida por los planes de rescate del gobierno de Bolsonaro.
El 26 de julio, los trabajadores se movilizaron hasta la Asamblea Legislativa de Paraná, donde fueron reprimidos y detenidos cuatro delegados sindicales. La movilización tuvo lugar la misma semana del segundo paro de repartidores, lo que puede ser entendido como el inicio de más luchas obreras en el país. En solidaridad con los huelguistas, hubo actividades frente a las concesionarias de la empresa.
Se estima que siete millones de trabajadores han perdido sus empleos durante la pandemia. Es necesario avanzar en un congreso de bases del movimiento obrero y un plan de lucha hacia la huelga general, para quebrar el ajuste y echar a Bolsonaro-Mourão y todo el régimen corrupto.
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En Chile, el camino de lucha lo marcan las mujeres
Las movilizaciones que han surgido las últimas semanas en Chile retoman el hilo de la rebelión popular de octubre. Paro de portuarios, manifestaciones por el retiro del 10% de los fondos de pensión y la enorme lucha de las mujeres y diversidades por justicia para Antonia Barra, una joven de 21 años que se suicidó en octubre del año pasado, tras ser violada. Hubo manifestaciones en la región de Araucaria y en distintas comunas de la región metropolitana, así como en las ciudades de Punta Arenas, Puerto Montt, Valdivia, Concepción, Valparaíso, Arica, entre otras. Es un caso icónico de la violencia hacia las mujeres y la impunidad del poder. Bajo la presión de las manifestaciones, se logró la prisión preventiva de Martín Pradenas, el acusado, torciendo el brazo a la Justicia que pretendió dejarlo con arresto domiciliario. El caso de Antonia dejó en evidencia que la violencia hacia las mujeres crece al amparo del Estado. ¡Justicia por Antonia y todas las víctimas!
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