El asesinato en 1960 de las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal por orden del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo ha sido un catalizador del descontento popular contra le régimen sangriento que había gobernado el país desde 1930. Este debilitamiento provocó que el imperialismo yanqui, temeroso de que en República Dominicana pudiera desarrollarse revolución como la que había tenido lugar en Cuba en 1959, “le bajara el pulgar” a Trujillo luego de que fuera un aliado estratégico en la región, quien fue emboscado y asesinado en 1961.
Las hermanas Mirabal provenían de una familia de hacendados de República Dominicana. Sus padres se vieron perjudicados económicamente una vez que asumió Trujillo -jefe del ejército- en el poder, ya que procedió a monopolizar la producción de sal, carne, arroz y tabaco en beneficio propio y de su familia. Tempranamente, en 1949, los Mirabal comenzaron a sufrir hostigamientos de manera más directa por parte del dictador, a tal punto, que ese año decidió encarcelar a Minerva y a su padre debido a que la joven lo había rechazado. Es preciso mencionar que el abuso contra las mujeres era una práctica habitual para el dictador, como parte de los múltiples mecanismos que utilizaba para impartir pautas de dominación y sometimiento. Este episodio anecdótico sembró en Minerva Mirabal un profundo rechazo al régimen de Trujillo que se profundizaría años después en sus pasos por la universidad.
Cuando Minerva se mudó a Santo Domingo a estudiar Derecho comenzó a tomar dimensión del genocidio que estaba viviendo su país. Allí se unió a un grupo de oposición a la dictadura trujillista, identificado con planteos de izquierda. A esta organización clandestina se sumó María Teresa tiempo después que su hermana. Ambas fueron encarceladas y torturadas en varias ocasiones por protagonizar acciones contra el gobierno. Tanto Minerva como María Teresa se convirtieron en dirigentes de la resistencia al régimen. Patria, por su parte, era simpatizante y colaboraba con la organización. “Mariposa” fue el seudónimo que adoptó Minerva ni bien se inició en la vida política, con el que luego se las nombraría a las tres hermanas.
El 14 de junio de 1959 protagonizaron junto al Movimiento de Liberación Dominicana -conformado por exiliados dominicanos en Cuba que habían luchado con Fidel Castro- un levantamiento armado para tirar abajo el régimen dictatorial. Este intento fue derrotado por el ejército y la fuerza aérea de de Trujillo. En honor a aquella gesta, el 30 de junio de 1960 realizaron una asamblea con delegados de todo el país y acuñaron el nombre de Movimiento Revolucionario 14 de Junio (14J). Allí adoptaron el programa mínimo del Movimiento de Liberación Dominicana, que bregaba por una reforma agraria que le concediera el derecho a la tierra a los campesinos y por la abolición de impuestos antipopulares, entre otros postulados. El 14J abrazó el método de la guerrilla y llegó a contar con más de 6.000 militantes en toda República Dominicana. Ellos aspiraban derrocar a Trujillo por medio de la lucha armada para luego poner en pie una Asamblea Constituyente que diera lugar a un régimen democrático. Años más tarde impulsaron las insurrecciones de 1963 y 1965 contra otro golpe militar auspiciado Estados Unidos.
El 25 de noviembre de 1960 “Las Mariposas” estaban volviendo de visitar a sus maridos -también militantes- que se hallaban en prisión, cuando fueron interceptadas en la ruta por un grupo de tareas que actuaba bajo las órdenes de Trujillo. Esos hombres las golpearon al costado de la ruta hasta matarlas. Sin embargo, con este acto no lograron escarmentar la lucha que las hermanas Mirabal encabezaban, por el contrario, su muerte conmocionó al país y despertó la conciencia de amplios sectores de la sociedad. El hecho vino a acelerar el rechazo popular a la dictadura, que ya se venía gestado tras años de represión, políticas expulsivas hacia la población campesina y regimentación de los trabajadores.
“Si me matan, yo sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte” solía repetir Minerva y no se equivocó. Al año siguiente asesinaron a Trujillo y se puso fin a más de 30 años de terror. Vale recordar que durante su mandato se fusilaron a 50 mil personas. Las hermanas Mirabal, de este modo, quedaron en la memoria del pueblo dominicano como mártires revolucionarias.
El 17 de diciembre de 1999 la ONU designó el 25 de noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, en un intento de institucionalizar la figura de Las Mariposas. Aquella iniciativa por parte del imperialismo buscó invisibilizar la verdadera identidad política de las hermanas Mirabal: el hecho de que conformaban una organización de carácter antiimperialista, la cual se referenciaba con la izquierda, defendía la lucha armada y estaba fuertemente inspirada en la Revolución Cubana.
Quienes peleamos por el socialismo nos movilizamos en cada aniversario de su asesinato reivindicando las mejores tradiciones de estas tres militantes que arriesgaban su vida para terminar con la opresión de su pueblo.