Bajo éste título, se llevó a cabo una importante instancia de intercambio que contó con la presencia de activistas y organizaciones de izquierda de distintos países.
Por iniciativa de la Fuerza 18 de Octubre, el pasado sábado se desarrolló una actividad en la que participaron en calidad de invitados el Partido Socialista de Trabajadores de Turquía (SEP) y el Partido Obrero de Argentina para debatir sobre la guerra entre Rusia y Ucrania que se desenvuelve hace ya un año y medio, la caracterización de éste enfrentamiento, los intereses de los bandos en pugna y, sobre todo, cómo nos organizamos para enfrentar ésta escalada bélica donde la clase trabajadora está pagando sus consecuencias humanitarias, sociales, políticas y económicas. Se sumaron a la iniciativa varias organizaciones de países distintos a los convocantes: Agrupación “Tribuna Clasista” y “Política Revolucionaria” ambas de Brasil; “United Front Committee for a Mass Labor Party” de EEUU; “Occhio de Clase” de Italia; “Comisión de DDHH de Limache” Chile; Agrupación “Vilcapaza”, de Perú y activistas de Venezuela también.
Se trata de una actividad que se hace eco de la declaración conjunta que en mayo de éste año publicaron el SEP y el PO, donde hacen un llamamiento a la izquierda revolucionaria a adoptar una posición independiente de Rusia y Ucrania en tanto punta de lanza de la Otan. En la ocasión se expresaron caracterizaciones coincidentes en torno los intereses que representan unos y otros: Ucrania es sólo el medio con el que EEUU y las potencias imperialistas europeas buscan extender su influencia en Rusia y los países bajo su influencia y, a partir de ahí, disputarle el predominio creciente en las últimas décadas de China en el concierto mundial; y Rusia, por su parte, también con planes expansionistas de su influencia bajo el dominio de la oligarquía que encabeza Putín, en el derrotero restauracionista de la hegemonía del capital. A partir de ésta caracterización, la conclusión de que no están en juego los intereses del proletariado cae de suyo, al contrario es la víctima de ésta guerra interimperialista.
Sin embargo, uno de los problemas centrales que se abordaron en torno a los desafíos de la izquierda frente a la guerra, es que la mayoría de las organizaciones que se reclaman marxistas y revolucionarias han abandonado la perspectiva de independencia política para terminar enrolada en uno u otro bando haciendo suyas las falsedades que se esgrimen para encubrir las verdaderas intenciones que tienen en el conflicto. Ello se ha convertido en un obstáculo, como fue señalado por los varios de los presentes, a la hora de poner un pie un frente único y de clase que luche contra la guerra contra la guerra.
En la charla también fueron denunciados los gobiernos de los países donde desarrollan su acción militante quienes tomaron la palabra, que en la mayoría de los casos se alinearon con la posición imperialista de la Otan. En relación a ello, fue señalada la necesidad de organizar la lucha contra los propios gobiernos opresores responsables de que la crisis producto de la guerra sea descargada sobre las espaldas del pueblo trabajador. Somos las y los trabajadores los que soportamos el encarecimiento de los alimentos y la energía y quienes también sufrimos las consecuencias de la recesión que provoca la suba de la tasa de interés como receta del imperialismo aplicada en la mayoría de los países frente al proceso inflacionario que se verifica en el mundo como consecuencia de la guerra. Entonces corresponde impulsar la movilización por las reivindicaciones de la clase trabajadora que está pagando la crisis y enlazar estas luchas con la necesidad de una acción contra la guerra.
“Guerra a la guerra”, como consigna histórica que debe ser levantada en todo el mundo por las organizaciones y partidos políticos que se reclaman de la izquierda revolucionaria, así como el apoyo internacionalista a toda acción y denuncia de envío de tropas y armamentos de los estados. Y si de desafíos se trata, el frente único contra la guerra es el que urge. La presencia de organizaciones y activistas de varios países en la actividad demuestra que hay un terreno fértil para avanzar en éste camino.