¡Fuera la agresión militar estadounidense contra Venezuela y toda presencia imperialista en América Latina!

Unamos las luchas de los pueblos latinoamericanos con la de los trabajadores estadounidenses contra Trump. Declaración internacional

Se ha desplegado una flota estadounidense en el mar Caribe, frente a las costas de Venezuela. Con la declaración unilateral de Trump de “guerra contra el narcotráfico”, su administración ha reivindicado el “derecho” imperialista a intervenir militarmente. Un objetivo político-militar directo es el cambio de régimen en Venezuela. Ha declarado al presidente Maduro “narcoterrorista” y ha puesto una recompensa de 50 millones de dólares por su cabeza. Trump se considera a sí mismo el “sheriff” del Caribe y América Latina. En cuestión de semanas, ha establecido un bloqueo seminaval frente a Venezuela y ha hundido tres barcos, matando a más de 30 tripulantes, acusándolos de ser narcotraficantes. Acaba de hundir dos barcos más frente a Colombia y Trinidad, donde los supervivientes y familiares han demostrado que son pescadores artesanales.Trump quiere hacer valer los “derechos” de Estados Unidos sobre lo que considera su “patio trasero” en América Latina. Para ello, está recurriendo a la política —nunca del todo abandonada— del “garrote” y la diplomacia de las cañoneras (y los submarinos nucleares, y la “autorización” de operaciones de ataque directo en territorio venezolano).

Esto forma parte de la lucha entre los monopolios capitalistas, en particular contra China, que en los últimos años ha avanzado en el comercio internacional con América Latina. Estados Unidos sigue siendo el principal inversor directo en América Latina (38 %), seguido de la Unión Europea (16 %) y, bastante más atrás, de China, que incluso está en declive. Pero comercialmente, China es el principal destino de muchas exportaciones latinoamericanas (como Brasil, Chile y Perú). América Latina se ha vuelto cada vez más dependiente de las exportaciones agrícolas y de materias primas (Chile y Perú del cobre, Brasil y Argentina de la soja, Venezuela del petróleo) y de las importaciones de productos manufacturados. Pero el dinero que recibe de sus exportaciones no se invierte en la industrialización o el desarrollo económico, ni en resolver los graves problemas sociales de las masas trabajadoras. Va directamente a los bolsillos de las oligarquías y a pagar las deudas externas al FMI y al capital financiero imperialista estadounidense y europeo.

Trump utiliza la guerra económica en curso contra China (y Rusia) para apretar las tuercas en toda América Latina y dictar sus políticas. Quiere obtener ventajas económicas y avanzar en su dominio militar. Esta ofensiva militarista y de orientación fascista también convierte en chivos expiatorios a los inmigrantes latinos pobres en Estados Unidos, que son expulsados militarmente. Su plan de militarismo y guerra económica va acompañado de una creciente militarización interna, que no se limita a las detenciones masivas de migrantes, sino que incluye el despliegue de tropas en la mayoría de las principales ciudades del país. La propia clase trabajadora de Estados Unidos es un objetivo militar central de la ofensiva de Trump.

La dirección sindical de la AFL-CIO estadounidense también ha participado en el apoyo a las intervenciones militares de Estados Unidos en Venezuela, América Latina y en todo el mundo a través del “Centro de Solidaridad” de la AFL-CIO, financiado por el Gobierno. Hacemos un llamamiento a los trabajadores estadounidenses para que rechacen las políticas proimperialistas de la dirección de la AFL-CIO, que también ha apoyado el presupuesto militar de un billón de dólares del Gobierno estadounidense. Los trabajadores y sindicalistas estadounidenses deben unirse directamente a los trabajadores de Venezuela, América Latina y todo el mundo en oposición a su propia clase dominante capitalista, que está amenazando a la clase trabajadora mundial. Estamos en contra de la acción imperialista de Estados Unidos. Rechazamos sus amenazas militares y exigimos la retirada inmediata de la flota estadounidense de las aguas latinoamericanas. Estados Unidos tiene unas 800 bases en todo el mundo: 9 en Colombia, 8 en Perú, 3 en México, 3 en Honduras y 12 en Puerto Rico. El pueblo de Puerto Rico ha respondido a los anuncios con crecientes movilizaciones que suponen un resurgimiento del cuestionamiento de su condición de colonia directa de Estados Unidos. Estados Unidos ha reinstalado tropas en el Canal de Panamá y está presionando para instalar bases en nuevos países como Brasil y Argentina.En su guerra híbrida de medidas económicas y militares, ha promovido un plebiscito para el 11 de noviembre en Ecuador con el fin de «legalizar» la reinstalación de bases militares que habían sido cerradas hace años. Estados Unidos ha prestado 600 millones de dólares al Gobierno de Noboa, que se enfrenta a una huelga general contra el aumento del precio de los combustibles y otras medidas antipopulares, y ha anunciado que le prestará otros 5.000 millones si gana el SÍ en el referéndum. Lo mismo ocurre en Argentina, donde Trump está prestando dinero al gobierno de Milei (aumentando la deuda pública y defendiendo los intereses de los bonistas) con la condición explícita de que su aliado de extrema derecha gane las elecciones frente a la creciente oposición popular. El embajador estadounidense y otros enviados de Trump se están reuniendo directamente con gobernadores, opositores burgueses y burócratas sindicales para defender sus intereses económicos en el país, en particular para avanzar en los yacimientos de litio y tierras raras. Milei acaba de decretar la entrada de tropas estadounidenses en Argentina para participar en maniobras militares conjuntas con miras a “consolidar la estabilidad regional”, según el militar al mando.

El gobierno estadounidense ha impulsado a través de la OEA la formación de una fuerza militar, una nueva Minustah, para intervenir en Haití. Quiere que los gobiernos latinoamericanos proporcionen soldados para poder retirar los suyos y llevar a cabo aventuras contra Venezuela y otros lugares.

La burguesía latinoamericana y gran parte de los movimientos nacionalistas burgueses actúan de forma cobarde. Maduro ha propuesto negociar con Trump el libre acceso de Estados Unidos a concesiones, como las que ya tiene Chevron, sobre el petróleo venezolano (la mayor reserva del mundo). Trump ha rechazado esto porque quiere un cambio de régimen. Está trabajando para dividir al régimen y sus fuerzas armadas. Ha lanzado una campaña de propaganda global que culminó con el nombramiento de su aliada, la líder derechista venezolana Corina Machado, como ganadora del Premio Nobel de la Paz. Corina Machado participó en el intento de golpe de Estado contra Chávez en 2002 y siempre ha pedido sanciones económicas contra Venezuela e incluso la intervención militar directa de Estados Unidos.

Nos oponemos a la intervención imperialista y a la agresión militarista destinada a cambiar el régimen, pero no damos apoyo político a Maduro y a sus círculos corruptos y represivos contra el pueblo trabajador. Es necesario armar a los trabajadores, nacionalizar las empresas yanquis e imperialistas, la banca y el comercio exterior, bajo el control de los trabajadores.

Los BRICS permiten el desarrollo de esta amenaza militar imperialista contra Venezuela, al igual que permitieron el genocidio de Trump y Netanyahu contra Gaza. Brasil ha posicionado un ejército en las fronteras de Venezuela. Las burguesías latinoamericanas permanecen en silencio. En el mejor de los casos, intentan explicarle a Trump que está «equivocado», como ha hecho Petro de Colombia.Son los jóvenes y los trabajadores quienes se movilizan contra las potencias imperialistas y sus políticas de austeridad y guerra imperialista en Perú, Paraguay, Uruguay y Argentina. Más de 7 millones de estadounidenses (de todas las comunidades) se manifestaron el 18 de octubre en 2000 ciudades de todo Estados Unidos contra las acciones fascistas de Trump. Unamos nuestras fuerzas.

¡Fuera el imperialismo estadounidense de Venezuela, Panamá, Ecuador y toda América Latina! ¡Retirada inmediata de todas las fuerzas navales y aéreas del Caribe! ¡Fin a la persecución de los latinos que viven en EE. UU.; no más persecución de los inmigrantes! Fuera el FMI. ¡No al pago de las deudas externas usurarias! ¡No más injerencia imperialista en las naciones latinoamericanas! ¡Fuera yanquis de Venezuela y de América Latina!Independencia para Puerto Rico. Reino Unido fuera de las Islas Malvinas.¡Trabajadores de América Latina y del mundo, uníos por la unidad socialista de América Latina y del mundo!

Primeras firmas:

KA – Liberación Comunista (Grecia)

PO – Partido Obrero (Argentina)

SEP – Partido Socialista de Trabajadores (Turquía)

SWP – Partido Socialista de Trabajadores (Reino Unido)

TIR – Tendencia Internacionalista Revolucionaria (Italia)

UFCLP – Frente Único por un Partido Laborista (Estados Unidos)

WCP-H – Partido Obrero Comunista-Hekmatista (Irán)

Tribuna Classista (Brasil)

Fuerza 18 de Octubre (Chile)

Comunistas (Cuba)

24/10/25