1. La masacre en curso en la Franja de Gaza por el Estado terrorista de Israel significa un salto en la política de agresión y limpieza étnica que este viene llevando adelante hace años contra el pueblo palestino. Como resultado de los bombardeos y la invasión terrestre, ya son más de 14 mil los muertos, incluyendo miles de niños, según las autoridades sanitarias del enclave costero. Un millón de palestinos fueron obligados a evacuarse de sus hogares, hacinándose en campos de refugiados en condiciones inhumanas. El bloqueo a la electricidad, al ingreso de combustible, agua potable y alimentos configura una política consciente de crimen de guerra contra la población palestina. La ayuda que ha entrado es casi inexistente. Israel mantiene ataques cotidianos contra mezquitas, hospitales y escuelas como objetivos. Las matanzas no se han limitado a Gaza, en Cisjordania ya hay más de 200 asesinados en estos días por fuerzas israelíes estatales o paraestatales. Estamos frente a nada menos que un genocidio que se está llevando adelante televisado minuto a minuto en la era de la comunicación instantánea. Quienes tenemos la perspectiva de terminar con este régimen de opresión estamos llamados a actuar al máximo de nuestras posibilidades para derrotar este intento.
2. La acción de las organizaciones de la resistencia palestina del 7 de octubre fue un golpe a la política del Estado sionista de Israel y del imperialismo occidental en la región. Los marxistas revolucionarios sostenemos el derecho de los oprimidos a defenderse. El 7 de octubre fue la respuesta a la política crecientemente agresiva de Israel sobre la población palestina en Gaza, Jerusalén y Cisjordania, que ha colocado en crisis el seguidismo de sus direcciones a los acuerdos de Oslo y la inviable solución de dos estados. Nuestro apoyo a la resistencia palestina, un frente único de lucha que incluye tanto organizaciones nacionalistas clericales y laicas como organizaciones que se reivindican marxistas, como el FPLP, no nos impide señalar enfáticamente que la victoria del pueblo palestino depende de transformar el actual conflicto en una revolución que conquiste una Palestina única, laica y socialista. La ofensiva de Israel no se reduce a Gaza. La población de origen árabe que habita Israel, un 20% del total, es considera legalmente como “ciudadanos de segunda”, y se ven privados de múltiples derechos civiles, además de recibir el hostigamiento constante del Estado. Mientras tanto, en la región de Cisjordania, Israel ejerce un control total de los movimientos palestinos, como si se tratara de un gueto. El gobierno de Israel ha entregado, solo este año, 27 mil rifles a los “colonos”, población “civil” que recibe apoyo estatal para avanzar sobre territorios palestinos, actuando como fuerza de choque. Israel mantiene más de cinco mil presos políticos palestinos en condiciones infrahumanas, además de una ocupación de facto sobre territorio sirio. Se trata de un régimen de apartheid, limpieza ética y expulsión de los palestinos, que actúa como gendarme de los intereses imperialistas en la región.
3. Desmentimos categóricamente que el conflicto en Palestina se reduzca un problema racial ni religioso. El Estado de Israel se constituyó en 1948 de manera ilegítima, actuando como una fuerza de ocupación sobre los hogares de la población de la Palestina histórica. Durante la “Nakba”, la gran catástrofe, Israel practicó una limpieza étnica, forzando el desplazamiento de millones de palestinos y asesinando a miles. El robo de tierras del pueblo palestino mediante la instalación artificial de Israel como estado colono en sus tierras ha sido un emprendimiento del imperialismo anglo-norteamericano, que no sobreviviría sin el envío sistemático de recursos y armamentos de parte de estas potencias, en función de ser un enclave militar y económico de defensa de sus intereses en esa región estratégica. La oposición a la opresión que ha sufrido en tres cuartos de siglo el pueblo desplazado y obligado a vivir bajo una ocupación militar es un problema de los enemigos del imperialismo y los internacionalistas en todo el mundo. Una palestina única, laica y socialista, en el marco de una federación socialista de medio oriente, puede superar este conflicto, integrando a trabajadores árabes y judíos sobre la base de la expulsión de las fuerzas sionistas/imperialistas. Lo que logrará esto es la rebelión de los obreros y jóvenes de medio oriente. La rebelión en Irán el año pasado fue el mejor ejemplo de esto. La rebelión de obreros y jóvenes en Irak y Líbano que se alzaron en 2019-20 fue otro ejemplo. Del norte de África a Turquía y Kurdistán, el potencial revolucionario de los obreros se ha demostrado muchas veces. Todos estos levantamientos apuntan hacia la única salida para los oprimidos y los trabajadores. Existen las condiciones materiales para una ola regional de revolución socialista.
4. El conflicto entre Palestina e Israel amenaza crecientemente con convertirse en un conflicto regional. Israel ha realizado bombardeos en Siria, Líbano y Egipto. Estados Unidos ha realizado acciones militares en Siria y ha movilizado a la región dos portaaviones con sus grupos de naves y aviones para que estén preparados a sumarse a Israel en un conflicto regional, pretendiendo actuar como disuasivo de sumarse a la pelea. Turquía ha movilizado su flota, mientras mantiene sus incursiones en el norte de Siria.
5. Biden le ha pedido al congreso norteamericano que vote un paquete de ayuda militar, explicando que su campaña mediante los ejércitos de Zelensky en Ucrania y Rusia, y Netanyahu en Medio Oriente son claves para lo que llamó “un nuevo orden mundial” que debe reemplazar a la crisis del escenario internacional posterior a la caída de la URSS. El carácter estratégico de esta acción del imperialismo, que incluye también el incremento de presión naval y militar sobre China, fue marcado por otros protagonistas. Zelensky ha planteado expresamente su reivindicación de constituir un enclave de la OTAN en el Este de Europa bajo la idea de que sería consolidar en Ucrania un “Gran Israel”. El gobierno ucraniano ha también defendido el “derecho a defensa” de Israel mientras se lleva adelante la limpieza étnica en Gaza. El carácter reaccionario de la invasión rusa a Ucrania no puede servir para disimular la unidad de la intervención de las fuerzas financiadas y dirigidas por la OTAN en ambas zonas, que incluso ha sido clarificada por la actual situación.
6. Se suceden movilizaciones contra la masacre en el mundo entero. A pesar de que numerosos gobiernos han tomado su alineamiento con el sionismo como una oportunidad para regimentar y perseguir a las expresiones de la izquierda revolucionaria, y han llegado incluso a prohibir el uso de la bandera palestina, esta flamea en movilizaciones, actos y hasta eventos deportivos. Hemos empezado a ver acciones obreras contra fábricas armamentísticas o compañías involucradas en el pertrechamiento de Israel, como en Inglaterra, Italia, Cataluña o Bélgica. Sin embargo, el movimiento puede ser aún más masivo. Es clave alinear a los sindicatos con la lucha palestina, contra el sostenimiento de la ofensiva sionista-imperialista con la que conviven con diverso grado de apoyo los gobiernos burgueses. Impulsamos el frente único más amplio para tomar las calles del mundo para repudiar la masacre en curso en Gaza. Los gobiernos que se alinean con los asesinos deben sentir como se sacude el piso bajo sus pies.
7. Las guerras en Ucrania y Palestina son solo parte del militarismo creciente que se vive en el mundo. Las crisis capitalistas cada vez más virulentas son volcadas sobre las masas en forma de aumento de explotación, políticas de austeridad y crecientemente un impulso militar. Son muestras de la inviabilidad de un sistema social que genera rebeliones y choques permanentes pero que solo podrá ser resuelta por una lucha revolucionaria que barra con la clase social parasitaria que es la burguesía e instale a la clase trabajadora en el poder.
8. Mientras impulsamos el frente único más amplio por la victoria de la resistencia Palestina no dejamos de reclamar contra la guerra imperialista en Ucrania y los gobiernos reaccionarios de Zelensky y Putin que la llevan adelante. El alineamiento de gran parte de la izquierda, el movimiento sindical y otras organizaciones de lucha social con uno u otro bando reaccionario en este conflicto ha significado un salto en la integración al Estado burgués de quienes se reivindican revolucionarios. Frente a las crisis que atravesamos necesitamos más que nunca reformar los vínculos del internacionalismo revolucionario, de la independencia de clase y la solidaridad internacional. El enemigo de los pueblos ruso y ucraniano está en sus propios países, abajo los gobiernos responsables de la guerra en ambos bandos. Nos enfrentamos a la lucha entre obreros creada por la guerra fratricida. Promovemos contra ella la unidad internacional de la clase obrera.
9. Reafirmamos nuestro reclamo: Abajo el Estado genocida sionista de Israel, basta de crímenes contra la población palestina. Por el derecho al retorno de la población palestina desplazada. Por una Palestina única, laica y socialista, como parte de una federación socialista de pueblos de Medio Oriente.
10. Frente único para frenar el bombardeo y la invasión sionista de Gaza. Por el retiro de tropas de Cisjordania y Jerusalén. Por el fin al bloqueo de Gaza y el derrumbe de los muros de apartheid. Libertad a los presos palestinos. Solidaridad internacional con la resistencia y el pueblo palestinos.
¡A las calles en cada ciudad en defensa de la causa palestina.
Firmas: PO (Argentina); SEP (Turquía); NAR (Grecia); Fuerza 18 de Octubre (Chile); Agrupación Vilcapaza y MST-P (Perú); Occhio di clase (Italia); Política Revolucionaria y Tribuna Classista (Brasil); Okde spartakos (Grecia); İnqilabin Sesi (Azerbaiyán).