A las calles por el derecho una ESI laica y científica, al aborto legal y todas nuestras demandas

La falta de formación y recursos en educación sexual ha llevado a una alarmante realidad en nuestro país. Los niños, niñas y adolescentes se encuentran expuestos a violencia sexual, abusos, embarazos tempranos y enfermedades de transmisión sexual.

Es importante destacar que la violencia sexual contra niños y niñas es especialmente preocupante, y la mayoría de los abusos ocurren en el entorno familiar. En este sentido es fundamental no dejar exclusivamente en manos de las familias la responsabilidad de la educación sexual de sus hijes; y mucho menos en instituciones que se comportan como activas redes de pedofilia internacional, como lo son la Iglesia Católica y las Iglesias Evangélicas, donde se han registrado numerosos casos de abuso sexual a menores.

Los datos de Amnistía Internacional son alarmantes, revelan que Chile tiene la mayor tasa de aumento de personas contagiadas con VIH en Latinoamérica. En la última década, más de 10 mil niñas menores de 15 años han sido madres, y más del 55% de la población juvenil considera que la información sobre sexualidad en los establecimientos educativos es escasa o nula.

 

La complicidad de la derecha

Cuando el Partido Republicano y otros grupos afirman que la educación sexual debe ser responsabilidad exclusiva de las familias, están ocultando intencionadamente a las víctimas de los abusos sexuales. Argumentan que los funcionarios educativos no son capaces de abordar estos temas, negando así una realidad que exige una acción urgente.

Es evidente que en Chile no existe educación sexual. Los docentes carecen de formación adecuada en esta área y la acción del estado en materia de capacitación para dotarlos de las herramientas necesarias para salvar la carencia es nula. Así la mayoría de los jóvenes accede a información a través de las redes sociales e internet, donde pueden encontrarse con contenido no siempre confiable, o que directamente deforma la realidad de la sexualidad y afectividad humana.

Es decir, los mismo que destruyen la educación, recortan sus fondos y defienden a pedófilos, quieren que la educación sexual se imparta exclusivamente desde sus casas.

 

Por el Derecho Popular a la ESI

La educación sexual integral es un derecho básico que se nos niega. Es fundamental que el Estado de Chile asegure la implementación de una educación sexual integral en todos los establecimientos educativos y en todos los niveles, científicamente precisa, gradual y adaptada a cada etapa de desarrollo, basada en los derechos humanos y el derecho a la salud sexual y reproductiva.

Frente a la avanzada de la ultraderecha y sus planteos oscurantistas y reaccionarias, es momento de tomar acción. Debemos defender una educación sexual laica y científica, y exigir al gobierno y a las autoridades que asignen los recursos necesarios para su implementación efectiva. La salud y el bienestar de nuestras niñas, niños y adolescentes dependen de ello.

A ésta altura resulta claro que las demandas de las disidencias han sido utilizadas en el despliegue demagógico del Gobierno de Boric, que no hace otra cosa que renunciar a su propio programa, rindiéndose ante la arremetida de una derecha cavernaria, reaccionaria, violenta, misógina y anti-diversidades; enfrentémoslos con organización y lucha.

Es hora de que las mujeres y diversidades volvamos a organizarnos de forma masiva por este reclamo.

Por una organización independiente al gobierno, que rompa con su cooptación.

Conquistemos la aplicación efectiva de una ESI Laica y Científica.

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