El Festival de Viña del Mar fue el escenario de nuevas protestas contra Piñera

Nota publicada originalmente en Prensa Obrera.

  • Marcelo Mache

El Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, en Chile, fue objeto de nuevas protestas de la población en medio de una crisis nacional bajo el reclamo de la renuncia del presidente Sebastián Piñera, y una movilización popular que da muestras de no haberse agotado.


El Festival, que es toda una tradición cultural y mediática de Latinoamérica, debió convocarse rodeado de una intensa movilización popular que se dio cita en la ciudad de Valparaíso para dirigirse a la Quinta Vergara donde cada año tiene lugar el evento. De esta manera volvieron a resonar las consignas que exigen la renuncia del presidente Sebastián Piñera y la deposición del régimen impuesto por la dictadura de Augusto Pinochet y sostenido por los distintos gobiernos “democráticos” posteriores a este.







Los manifestantes fueron interceptados por un fuerte operativo represivo que buscó a toda costa aislar al evento del reclamo del pueblo chileno. Impedidos de llegar hasta las instalaciones del festival, los manifestantes se mantuvieron en los alrededores de las instalaciones donde continuó el ataque de las fuerzas de seguridad.




“Asesino igual que Pinochet”


Lo que no calculaban el gobierno y los organizadores –cuya logística recae habitualmente en manos del municipio de Viña del Mar- es que el reclamo de los manifestantes se iba a colar en las propias tribunas del festival.



“Piñera, conchetumadre / Asesino, igual que Pinochet”, desde las gradas se hizo escuchar el ya popularizado cantico contra el gobierno y el régimen, el cual se viene extendiendo en distintas convocatorias populares como en los eventos de futbol y, por supuesto, en las distintas manifestaciones.  



Si faltaba más para que la jornada se convirtiera en un absoluto desastre político para el gobierno, desde el propio escenario del festival, el cantante Ricky Martin se solidarizó con el reclamo del pueblo chileno y manifestó "Que Chile sirva como efecto dominó para todas las partes del mundo”. El artista es uno de los voceros de las movilizaciones que hace algunos meses obtuvieron la renuncia del gobernador puertorriqueño Ricardo Rosselló. También el comediante Stefan Kramer apuntó contra el gobierno interpretando su rutina con la que cargó fuerte contra Piñera y contra todo el arco político que lo sostiene, denunciando también las atrocidades de los Carabineros en la represión contra el pueblo chileno.


El operativo represivo del gobierno de Piñera se mostró estéril ante la contundencia de un reclamo que atraviesa a todo el país. La hipótesis de que elementos externos, ajenos al evento, intentaron forzar un reclamo parcial por medio de la fuerza se derrumba ante la evidencia de un fenómeno popular de alcances incalculables. Todo el Festival de Viña del Mar, desde afuera, por dentro y desde el escenario, sonó al mismo ritmo: el de la denuncia de un régimen agotado y la demanda de renuncia de Piñera para dar así lugar a una transformación del país. La lucha del pueblo chileno sigue más vigente que nunca.