Las jornadas de rendición de la Prueba de Selección Universitaria (PSU) 2019 fueron totalmente diferentes a las de años anteriores, en el marco de la rebelión popular que ha llevado adelante el pueblo trabajador chileno, las y los estudiantes se organizaron y llamaron a boicotear y movilizar en contra de la PSU reconociéndola como un método de selección que segrega a estudiantes provenientes de familias trabajadoras ya que año tras año deja a miles de ellos sin poder acceder a la educación superior.
Las jornadas se vieron marcadas por las tomas de los establecimientos educacionales que serían las sedes de rendición de la PSU, así también por una serie de convocatorias a interrumpir el normal desenvolvimiento de la prueba en los lugares que no se encontraban tomados y los llamados a lo largo de todo el país a marchar masivamente bajo la consigna “No + PSU”, dichas manifestaciones obtuvieron como respuesta inmediata la brutal represión de parte de las fuerzas especiales de Carabineros y la Policía De Investigaciones (PDI) dejando a varios estudiantes detenidos y heridos. Lo que en un primer momento era un emplazamiento al gobierno de Sebastián Piñera a postergar la fecha de la evaluación, hoy es una manifestación que busca erradicar completamente la PSU, la organización y lucha de las y los estudiantes logró que para la segunda jornada de rendición se suspendiera la prueba en más de 130 establecimientos a lo largo de todo el país y que para el mediodía se lograra la suspensión definitiva en todo Chile de la prueba de Historia y Ciencias Sociales.
Las y los estudiantes rebelados en contra del sistema de selección universitario dejan en evidencia que la rebelión popular se encuentra más viva que nunca, y pone de manifiesto otra vez la necesidad de llevar adelante una huelga general, meta que el bloque sindical de la Unidad Social ha dejado de lado el último tiempo para dedicarse a tener una política de diálogo con los partidos firmantes del acuerdo por la paz y el gobierno de Piñera. La huelga general queda nuevamente sobre la mesa y los mismos que en el pasado octubre encendieron la chispa de la rebelión saltando torniquetes en el metro, hoy buscan acabar con uno de los principales torniquetes que les impide acceder a la educación superior y que lo único que ha hecho es beneficiar a los empresarios que hacen de la educación un negocio y un privilegio.
El movimiento estudiantil, que durante años ha luchado en contra del sistema educativo y el lucro sostenido y garantizado por el Estado chileno y los distintos gobiernos, debe organizarse de manera independiente y superar las trabas burocráticas de sus direcciones que impiden el triunfo de sus demandas históricas.
Vamos por una gran huelga general para dar fin a la PSU y a todo el sistema educativo de mercado, que se manifieste en contra de la brutal represión de parte del gobierno de Piñera y por el triunfo de todas las luchas hoy reflejadas en la gran rebelión del pueblo chileno.