A casi un mes del inicio de la rebelión chilena, donde miles de trabajadores, jubilados, desocupados y estudiantes han salido a las calles a luchar contra el sistema de hambre y miseria heredado de la dictadura de Pinochet y mantenido por los distintos gobiernos desde la vuelta a la democracia, los chilenos en Buenos Aires nos organizamos de manera autoconvocada en una asamblea que reúne trabajadores y estudiantes, en su mayoría jóvenes, y cuyo fin es visibilizar lo que ocurre en Chile y apoyar la rebelión por medio de acciones concretas.
La “Asamblea de Chilenxs en Buenos Aires” es un espacio independiente que comprende que la rebelión que se está desarrollando está muy lejos de ser una lucha solo contra el tarifazo en el metro. Va contra de todo un régimen que condena a la clase trabajadora a vivir con salarios mínimos que están muy lejanos al costo de la canasta básica, que garantiza que solo unos pocos tengan acceso a salud y educación y que las y los hijos de trabajadores se tengan que endeudar por años para pagar la universidad o que simplemente no lleguen a estudiar. Que es responsable del padecimiento de los jubilados que, a pesar de haber trabajado toda su vida, reciben pensiones de miseria producto de los negociados de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), empresas privadas que se adueñan de sus ahorros y les otorgan pensiones de hambre con las que no llegan a cubrir sus necesidades básicas.
Es por esto que la asamblea ha organizado distintas actividades en facultades, afichadas por la Ciudad, movilizaciones al consulado y la embajada de Chile, una concentración en el obelisco e intervenciones artísticas -una frente a la embajada, otra sobre la calle Chile, y una tercera en San Telmo. Todas estas actividades son votadas en asambleas periódicas y tienen el objetivo de visibilizar el conflicto y posicionarse en contra de la política represiva impartida por el gobierno de Sebastián Piñera, que significó la declaración de estado de emergencia, toques de queda y militarización de las calles en diferentes ciudades a lo largo y ancho del país, y que ha tenido como consecuencia miles de detenidos, cientos de manifestantes heridos y otros tantos asesinados en manos de militares y carabineros. Sumado a estos números, crecen las denuncias de distintas organizaciones internacionales sobre desaparecidos, centros clandestinos de detención y tortura y violaciones a mujeres por parte de las fuerzas represivas de Piñera. Mientras sucede esto, Alberto Fernández, luego de ser electo presidente, saludó al presidente Piñera. De fondo, los une que ambos tienen la misión política de aplicar la agenda que el FMI dicta para Latinoamérica, y que las masas ecuatorianas vienen de golpear en las calles.
Desde la UJS, nuestra intervención en la Asamblea pone el eje en desarrollar el movimiento, colaborando en cada acción de lucha votada y oponiendo una salida del conjunto del pueblo trabajador chileno. Luego de que el gobierno de Piñera levante el estado de emergencia, las movilizaciones siguen siendo masivas en las distintas ciudades y crece la organización a través de asambleas barriales, que exigen la renuncia de Piñera y el fin de la constitución nacional y de todo el régimen pinochetista pare reorganizar el país sobre nuevas bases. En Argentina tenemos el desafío de ganar al conjunto de la juventud a solidarizarse con la rebelión chilena, que entre sus principales reivindicaciones recoge una gran lucha contra la privatización de la educación, y a organizarse en comités de apoyo en los barrios, los colegios y las facultades para seguir impulsando acciones en apoyo a esta enorme rebelión popular.
Que viva la rebelión chilena. Fuera Piñera. Abajo la represión. Fuera el FMI de América Latina.