Dos hechos que desnudan las falacias de la democracia capitalista

En las últimas semanas se han conocido dos hechos que son importante considerarlos en la medida que nos permiten desentrañar los mitos en los que se sustenta la democracia y la mentada república bajo el sistema capitalista.

El primero es la muerte del trabajador Hugo Morales, gasfíter que se desempeñaba en las instalaciones de La Moneda, quién fallece por un ataque cardíaco tras una jornada de 18 horas de corrido (comenzó a las 8:30 del viernes y a las 2 de la madrugada del sábado se desvanece). Según el testimonio de un compañero de trabajo, Hugo se descompensa por lo que se solicita a la dirección administrativa que se comuniquen con el servicio de emergencia, el cual lo trasladó a la Posta central donde finalmente falleció. Su compañero también relató que quiso acompañarlo en la ambulancia, pero sus superiores le ordenaron volver a sus labores. La ultra explotación laboral que queda al descubierto en el centro del poder político bajo un gobierno “progresista” es una muestra elocuente –y también llena de simbolismo- de que para las y los trabajadores las condiciones siguen igual o peor pese a las promesas del sector político de la centroizquierda encabezada por Boric que llega al poder prometiendo grandes reformas que mejorarían la vida de las mayorías populares. Quienes se llenaron la boca del “buen vivir” e hicieron demagogia con la ley de las 40 hs resultan que en sus dominios tienen trabajadores cumpliendo extensos turnos de trabajo, pues no era la primera vez que Hugo cumplía horas extras extendiendo excesivamente su jornada laboral. Finalmente, la familia del trabajador fallecido confirmó que no recibieron ninguna explicación ni asistencia por parte de las autoridades de gobierno desmintiendo a la vocera Camila Valllejos quien manifestó que se contactaron con familiares.

El otro hecho de relevancia política para la clase obrera es el nuevo capítulo del caso Hermosilla. No resulta novedosa la podredumbre que expone cada episodio de la trama descompuesta del caso, pero tenemos el desafío de no naturalizar cómo operan los poderosos porque son los mismos quienes después nos caen con todo el peso de la ley a las y los trabajadores. Resulta que Juan Pablo Hermosilla -hermano y abogado defensor del ahora preso Luis Hermosilla sindicado como el articulador entre empresarios, criminales y las altas esferas del poder político y judicial- envió un mensaje en clave mafiosa a quienes desde el poder se sirvieron de los servicios del abogado ahora caído en desgracia: reveló la lista de casi 30 figuras del poder judicial en la que se encuentran jueces, fiscales y hasta integrantes de la Corte Suprema que mantenían conversaciones frecuentes con su hermano. El principal destinatario de la advertencia es ni más ni menos que el recientemente designado Fiscal Nacional Ángel Valencia. En rigor no hay ninguna novedad en la revelación pero nos sirve para desentrañar cómo opera el sistema en las sombras mientras en la superficie simulan independencia, imparcialidad, etc.

Estos hechos, junto con el caso Monsalve, dan cuenta que no es cierto que somos iguales ante la ley. Si se trata de un trabajador puede morir trabajando sin que nadie pague por ello y, en cambio, los poderosos pueden coimear, violar e incluso matar y seguir como si nada la mayoría de las veces. Los tres poderes del estado capitalista tienen como función resguardar los intereses de la burguesía, es decir, la propiedad privada de los bienes de producción. El sincericidio de la Ministra de la Mujer, Antonia Orellana, al intentar justificar porqué el ex secretario de seguridad acusado de violación dispuso de tiempo y recursos del estado para realizar maniobras frente a la denuncia dice “no es un portero” explicitando así que el tratamiento que dispensa el poder depende de la clase social a la que pertenezcas: para los Hermosilla, los Monsalve, los Macaya, los Larraín todas las garantías y para los trabajadores como Hugo Morales ni el descanso vital.

¡Justicia para Hugo y todas las víctimas de la voracidad capitalista! ¡Justicia para las víctimas de la violencia machista! ¡El estado es responsable!

12/11/24